viernes, 4 de julio de 2008

LA DIMENSION DE CRISTAL

Es el lugar más lindo y especial que pueda existir, allí no hay dolor ni tristeza. Se respira amor puro, amor que se mueve en armonía. En ese lugar las ciudades son especiales, son de cristal... habitadas por tiernos animales, princesas y príncipes. Las princesas siempre están acompañadas por lindos gatitos que lanzan corazones de colores que atraviesan las dimensiones llenando de amor el universo entero.En esa ciudad de cristal vive alguien especial, un gatito que alguna vez se perdió de su casa en la dimensión de los humanos, y cayó allí por accidente. Este pequeño gato es de color gris y un poco gordito, tiene unos ojos verdes enormes y una boca de la cual siempre salen maullidos que expresan todos sus sentimientos. Su nombre es Sam. Sam esta conectado mentalmente al ser humano que más lo quiere en el mundo, una niña de pelo rubio con cuerpo delgado y ojos color miel con mirada de felino. Una niña que parece una princesa viviendo en una dimensión a la cual no pertenece, la dimensión de los humanos. Todas las noches desde que Sam se fue, ella le pide al ángel de la guarda por su regreso y si es que no va a regresar, le pide para que esté bien, tranquilo y feliz. Después de pedir a su ángel de la guarda por el pequeño Sam, se comunica con el mentalmente, lo llama... y él, Sam, desde la dimensión de los castillos de cristal le lanza corazones rozados plagados de amor.Siempre están conectados sin saberlo. Se cuidaban mutuamente y no pueden vivir el uno sin el otro. Una noche la princesa perdida en la dimensión de los humanos se conecto con Sam como habitualmente lo hacía. Cerró los ojos y pensó en él con fuerza, lo sintió a su lado, sintió sus maullidos, su mirada, sus movimientos, su olor, su pelo suave. Y de repente... unos sonidos extraños la despertaron ... ella abrió los ojos y con sorpresa se vio rodeada por un mundo lleno de aire puro, de colores pasteles y castillos de cristal, todo era hermoso y le era muy familiar, pero lo que más la hizo feliz fue ver a Sam a su lado, maullando suavemente y contento porque estaba con ella de nuevo. La princesa por fin había llegado al mundo al cual pertenecía. El mundo de Cristal, aquel donde todo lo que no puede ser, es y lo que parece de mentira es real. Donde no existen las guerras, las peleas, lo odios, los miedos. No existe el mal porque cada ser de esa dimensión está plagado de amor.Ahora Sam y la princesa pertenecen a la misma dimensión, él le sigue enviando corazones de colores a todos aquellos que algún día se han de convertir en seres de luz capaces de llegar a la dimensión de cristal; y ella, cuida a Sam, y todos los días junto con las demás princesas prepara para él y los otros animales, pasteles de flores, horneados con polvos mágicos que se convierten en lluvia de cristales milimétricos que brillan, pasteles que envuelven en magia a cada ser que los prueba. Y es así como princesas y gatos alimentan de amor al mundo desde la dimensión de cristal...

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